“Los pinares de la sierra”, 159

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

5.- Primeras contrariedades.

Roderas, que en estos casos siempre tiraba de galones ante sus compañeros ―bastante lógicos, por otra parte―, al ser el que más tiempo había pasado a la sombra, miró a Paco y preguntó sorprendido.

―Oye, Portela. ¿Por dónde sale este, ahora? Tú me hablaste del dueño de una funeraria, que era multimillonario.

Dándose por aludido, Soriano tomó la palabra en defensa de su mujer.

―Y es verdad. Ayer estuvo en la peluquería la esposa del enterrador. María Luisa le comentó el asunto mientras la atendía; pero, al parecer, este fin de semana tienen un compromiso inaplazable y les es imposible subir. Mi mujer ―ya sabéis cómo es―, que cuando huele dinero no atiende a razones, insistió lo que pudo, pero fue inútil. Le prometió que, si acaso, más adelante le hablaría a su marido del asunto.

―O sea, que a estas alturas aún no tenemos palomo ―dijo Mercader—.

―Pero podrá encontrar otro, ¿no? ―preguntó Roderas—.

―Eso creo ―respondió Soriano para salvar la responsabilidad de su esposa―, pero tampoco lo puedo asegurar. Estamos a miércoles y, aunque yo no pierdo las esperanzas, lo necesitamos para el domingo. De aquí a entonces quizás se nos aparezca el Espíritu Santo y nos mande uno al que podamos desplumar. No me extrañaría. En los años que tengo, nunca me negó su ayuda la divina providencia.

―Bueno, menos cuando solicitaste el pasaporte para el viaje de novios, y te trincó la bofia por los talones sin fondos ―intervino Mercader—.

―Mira tú quién fue a hablar. Al menos, yo no me aprovechaba de un pobre ciego, como hacían otros que estuvieron en el talego más tiempo que yo.

Fandiño se echó a reír por la respuesta y Roderas le recriminó su actitud.

―Sí, hombre, sí; ríete tú que eres el culpable de la situación.

―¿Culpable? ¿Por qué no dices que gracias a mí podemos hacernos millonarios?

Tuvo que ser Portela quien los llamara al orden para volver a la cuestión y recordarles la importancia del asunto para el que se habían reunido.

―No perdamos la calma. Yo tengo fe en María Luisa. Cuando hablas con ella por primera vez, parece una cosa; pero, si te fijas bien, tiene ojos de pillina. ¿Verdad, Soriano? Que nadie se ofenda, pero a las mujeres solo les importan dos cosas en la vida: el éxito y el dinero. Parece que todas hayan estudiado con los mismos libros. Es un hecho probado que la mujer posee un instinto ancestral para elegir, entre una multitud, a un tonto que pueda dar cumplida satisfacción a sus deseos.

Mercader soltó una carcajada, mirando a Soriano y este, visiblemente molesto por la alusión, censuró el comentario de forma moderada.

―Portela, no me jodas, que yo siempre te he respetado y he seguido tus consejos. Y, por favor, no hables así de las mujeres. ¿Es que tu madre no te dio la teta de pequeño?

―Perdona, de verdad; creo que me estoy liando con tanta charla. Por favor, no lo tomes a mal, que lo he dicho sin malicia.

Luego se dirigió a los demás y les preguntó en un tono de absoluta sencillez.

―¿Nunca habéis oído la frase: «Hijo mío, busca una buena mujer y haz caso de lo que te diga, que ella sabe muy bien lo que te conviene»? Lo dicen las madres, ¿verdad que sí? Pues por algo será. Nadie como una madre para comprender que el dinero mueve el mundo, y que con dinero se puede comprar hasta el amor. ¿Estamos de acuerdo?

Soriano no respondió, pero los demás asintieron convencidos.

―Que nadie se preocupe ―continuó Paco―. María Luisa es una persona de confianza, sabe lo que hace y estoy seguro de que contactará con la mujer de algún pez gordo, tendrá unos detalles para con ella y nos la pondrá en bandeja; porque lo que tengo muy claro es que no renunciará a una operación que puede darnos un puñado de millones en cuatro días. Claro que surgirán dificultades, pero ella no se dará por vencida. Tenemos que estar atentos y colaborar, porque si todo sale bien, a partir de la próxima semana, nos podremos permitir unas prolongadas vacaciones, pasar las tardes viendo la tele en el sofá y sentirnos libres para siempre. Yo estoy seguro de que cumplirá.

roan82@gmail.com

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