Por Dionisio Rodríguez Mejías.
8.- Portela, si me engañas vas a tener problemas.
Salieron las chicas y dirigiéndose de nuevo a Paco, volvió a tomar el hilo de la conversación.
―¿Te han gustado? No me digas que no; que he visto cómo las mirabas. ¿Quieres que te preste mañana el despacho y te ocupas tú de los contratos? Este es un lugar discreto; tienes whisky, un sofá…, chicas… ¿Qué más puedes pedir? Una cosa, Portela; ¿por qué no dejas el asunto de las parcelas y trabajas para mí?