Por Manuel Almagro Chinchilla.
San Pedro de Rozados – Salamanca – El Cubo de la Tierra del Vino
Día 1 de agosto
Al día siguiente, 1 de agosto, salimos de San Pedro de Rozados a las seis de la mañana, para finalizar la etapa en Salamanca (30 km). Para ello, tuvimos que pasar sobre el río Tormes por el puente romano, que estaba en obras, donde tuvimos oportunidad de observar importantes detalles del sistema de drenaje original, que se encontraba al descubierto. Vimos la Catedral Nueva, la Casa de las Conchas y la zona monumental.
Comimos en un self service, en compañía de un cura de Cazorla: Pedro José Martínez. Fue un día turístico total, sin fotos, libre de la carga al cuello que suponía la cámara fotográfica.
Dormimos en la parroquia de la Anunciación del Señor, gracias a la amistad de nuestro cura con algunos sacerdotes del lugar.
Día 2 de agosto
Salamanca – El Cubo de la Tierra del Vino. 22 km.
Salimos de Salamanca a las seis de la mañana, pasamos por los pueblos de la inmensa llanura Salmantina, tales como Aldeaseca de Armuña, Castellanos de Villiquera y Calzada de Valdunciel, para inmediatamente entrar, en la provincia de Zamora, a un pueblo de curioso nombre: El Cubo de la Tierra del Vino; su denominación lo dice todo, aunque ahora no hay tanto caldo por imposición del Mercado Común en las cuotas de excedentes de producción. Fuimos a casa del párroco, don Tomás, que nos llevó a la casa de la alcaldesa, Gloria, buena conversadora que nos cuenta muchas historias del pueblo y visitamos su granja de marranos con un descomunal semental. Nos adjudicó, para dormir, la escuela pública.
Por la tarde, tuvimos misa en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán. Don Tomás, el párroco, nos cuenta la incidencia de este gran santo en el pueblo, que vino a predicar y la gente no lo quería:
—¿No me queréis? Pues me tendréis por los siglos.
Se quedó en la puerta de la iglesia y allí murió. Hay reliquias suyas en el altar mayor.