Presentado por Manuel Almagro Chinchilla.
Quienes hayan sobrepasado el medio siglo de existencia seguro que han conocido a don Pascual Iniesta, incluso haberse vistos necesitados de su asistencia médica. Compartió con Ramón Quesada la pasión por la prosa, cultivándola hasta la erudición. No puede sustraerse nuestro articulista al sentir de su fallecimiento, ensalzando sus obras y su personalidad.
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He tenido el privilegio de presentar un libro del médico, escritor y poeta Pascual Iniesta Quintero dentro de un ambiente en el que estuvo generalizado el cariño y la admiración de Úbeda a este poeta que, si bien nacido en Tarancón (Cuenca), en esta ciudad tiene la mayor parte de su fruto literario y de amistad.
“Almazara”, poemario al que me refiero, contiene un brillante prólogo del escritor y poeta Antonio Parra y acertadísimos dibujos referentes al tema de Francisco Cerezo. Es un libro de versos donde el motivo es el olivo, la aceituna y el aceite; y todo lo que la recolección implica: los cantos en el tajo ‑“Cantares de aceituneras”, el esparto con el que se tejen los capachos ‑“Himno al esparto”‑, los animales de carga ‑“El retorno de las mulas”‑, y, entre otros versos que dan valor al libro, “Sombras en la almazara” y “Ofrenda al olivo”.
Iniesta Quintero, después de treinta años en Úbeda ejerciendo la profesión, escribiendo poemas y ganándose el cariño de los ubetenses, vive ahora en Madrid desde 1965 y allí continúa escribiendo. Pertenece a la Asociación Española de Escritores Médicos, tiene cinco oposiciones ganadas, dos premios del Consejo General de Médicos, uno de la Real Sociedad Española de Higiene, ha publicado varios libros de poesía: “Antología Española de Médicos Poetas”, “Yatroversalia”, presentado en el Centro Nacional de Rehabilitación de Madrid y, por último, “Almazara”, libro que cito y con el que nos comunica la armonía de sus versos con un corazón que sabe de corazones (ha sido especialista de pulmón y de corazón) puestos a florecer en la almazara, “molino aceitunero” donde exprime sus elegancias escritas y sus entendimientos del género de, digamos, Berceo.
Con “Almazara”, libro con el que canta al aceite, fruto del olivo y de la tierra que ya ha superado su ostracismo de siglos y es aceptado como panacea indispensable de alimento y salud, nos ha dado la aceptación de su palabra hecha verso y, con ella, ha propugnado el patriotismo vital del olivo y lo trasmite hasta su obra como una comunión con la naturaleza generosa. Antes de “Almazara”, Pascual Iniesta Quintero había estudiado otras materias como el verdadero nombre de Úbeda “La Vieja”, su entorno, sus principios y yacimientos arqueológicos, que desarrolla excepcionalmente en su libro “En busca de un nombre olvidado”, dándole el tema pie para pronunciar, en la Casa de Úbeda de Madrid, una de sus más documentadas conferencias que trasciende los ámbitos nacionales.
La presentación del libro ha tenido lugar en el auditorio del Hospital de Santiago y contó, además de con mi sencilla participación como presentador, con la del poeta Pedro González Navarrete, la escritora Ana María Macías y el pianista Luis F. Cabrera, terminando el acto literario el propio Pascual Iniesta leyendo varios poemas del libro presentado:
Media panilla de aceite
con una libra de pan,
tentempié de la “aceituna”
que siempre recordarás.
Leyó de su poema “Cantares de las aceituneras”.
Varios conferenciantes pidieron, para el médico poeta, el nombramiento de hijo adoptivo de la ciudad.
(30‑04‑1999)