Por Dionisio Rodríguez Mejías.
4.- Engaño y fin de Reyzábal.
Cuando el andén se despejó de pasajeros, el hombre del periódico y la sombra vinieron hacia nosotros; sin meterse en más averiguaciones, nos pidieron la documentación y nos registraron debajo de la ropa, con una celeridad sorprendente. No encontraron nada. El del periódico, enfurecido, tiró el cigarrillo a la vía, escupió en el suelo, me cogió por el cuello y dijo fríamente: