Para las “Víctimas del terrorismo”, no se ha cumplido

Mariano, mientras leía tu artículo me sentía plenamente identificado con él. Lo haces de manera magistral. Pero los cuatro últimos párrafos me han decepcionado. Desde mi punto de vista, constituyen un mentís de lo anteriormente expuesto. Quizás es que no lo haya comprendido bien. Parece que intentas defender que las víctimas del terrorismo no tengan derecho a manifestar públicamente su dolor. Ni a dar su opinión sobre los acontecimientos que les atañen muy directamente. Y si lo manifiestan es porque están manipuladas por la “derecha” para meterse con la “izquierda”. ¿No crees que esto no es razonable? ¿No crees que tu artículo podría interpretarse, precisamente, como una manipulación o, cuanto menos, una interpretación política partidista de los hechos?

Enfrente del colectivo de asesinos de ETA que se manifestó en Durango, no para arrepentirse de sus crímenes, sino para justificarlos y hacer apología de los fines de ETA, no estaban sólo las manipuladas víctimas del terrorismo etarra. Yo también estaba, y estoy, enfrente. Y creo que, como yo, gran cantidad de personas que pensamos que no se pueden hacer concesiones políticas a la violencia etarra a cambio de una pretendida “paz”. La paz de los cementerios. Si a ETA y a su entorno nacionalista (vamos, los que recogen las nueces), se les concede lo que piden “por dejar de matar”, se está legitimando la violencia como método para conseguir objetivos políticos. Y esto, en este caso concreto, es inmoral, porque no hay un Estado que esté oprimiendo a otro, sino una minoría de iluminados racistas que quieren imponer a los demás, con la extorsión y el crimen, sus planteamientos. Y, desde mi punto de vista, cualquier gobierno, sea de izquierdas o de derechas, que negocie con asesinos, se salta el estado de derecho y se convierte, por ello, en inmoral.

Sin ánimo de polémica, Mariano, eso de “ser” de “derechas” o de “izquierdas” en pleno siglo XXI, no parece que encaje muy bien. Yo hablaría más bien de personas honestas y coherentes frente a la deshonestidad y la incoherencia. Y esto no es de “ideologías políticas”. Esto está, o debería estar, dentro de los valores humanos más fundamentales.

nayam@correo.cop.es

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