25-02-2011.
—Padre, esta es Amalia —presentaba León—.
—Mucho gusto. Su hijo siempre me habla bien de usted.
Manuel empezó a preguntarle sobre mil cosas: de dónde era, qué estudiaba, cuánto tiempo llevaban de novios… añorando, quizás, sus años de sargento en el puesto de la Guardia Civil. La madre, Ana, enseguida le dio dos besos y la rescató con el pretexto de presentarle el resto de la familia y enseñarle su habitación.
—Dormirás en el cuarto de León; y él, con su hermano Antonio.
Después de la falsa amenaza de bomba en la Facultad, ambos jóvenes se juraron amor eterno. En realidad fue él quien, en un arrebato, le abrió el corazón sellado durante mucho tiempo y vació tanto contenido reprimido, mientras ella se lo comía a besos.