08-02-2011.
Amigo Enrique: ¡Vaya noticia que nos has dado! Por fin te has librado de la dichosa quimio. ¡Felicidades! A uno, la palabra quimio le suena a vieja misteriosa y arrugada, de esas que antes echaban el mal de ojo a los niños más guapos para que perdieran el apetito y se quedaran enclenques y canijos. También me suena a alquimia y quiromancia. A brebajes misteriosos con los que antes se curaban estos asuntos. Pues, ¡olé la quimio! Te has curado sin necesidad de tomar gusanos mojados en miel, aceite de escorpiones ni sangre de cabrito; que, según el doctor López Corella, eran antiguamente el remedio más eficaz para combatir estas dolencias. ¡Consuélate!