Ha muerto mi padre

El pasado día 12 de enero, a la edad de 78 años y de forma repentina, fallecía en Úbeda Agustín Santa Bárbara de Sicilia. Había sido profesor de la Institución SAFA durante, creo, cuarenta años. Simplemente pienso que es de justicia reseñarlo en esta página web.
Agustín Santa Bárbara era mi padre así que no voy a glosar sus muchas virtudes. Simplemente decir que jamás oí a ninguno de sus alumnos hablar mal de él. Yo, que soy maestro, creo que eso quiere decir bastante.
Eugenio V. Santa Bárbara (eugenio@ubedaenlared.com)
 
José María Berzosa Sánchez
Por mi estancia en Madrid, no me he enterado del suceso hasta que Eugenio me ha enviado este mensaje, hoy 15 de enero de 2006. Mi paisano don Agustín era un hombre afectuoso y se sentía preocupado por la correcta formación de sus alumnos. Lo recuerdo en sus paseos entre las mesas del comedor, pendiente de nuestra adecuada manera de comer. A mí me miraba con especial cariño, y yo procuraba corresponder a su miramiento. Nuestro posterior trato, como compañeros, ha sido ameno, gracias a su especial sentido del humor. Seguro que está en el cielo, mirándome amablemente. Un saludo, Agustín.
 

UN DECESO Y UNA CUENTA MÁS PARA EJERCER EL RECUERDO
Por Mariano Valcárcel González.
Murió Agustín Santabárbara de Sicilia, “don Agustín”, y tal vez a los alumnos de la vieja guardia de Magisterio no les diga mucho porque este profesor del centro Safa de Úbeda ejerció su docencia en la Formación Profesional. Llevaba Tecnología, Física, Química…
Pero a los que fuimos antes cocineros que frailes, o sea a los que pasamos antes por el tamiz de la Formación Profesional, no se nos olvidará que este antiguo y ahora fallecido profesor nos dio esas clases…
Por especiales circunstancias y coincidencias, Agustín Santabárbara de Sicilia tenía especial aprecio a mi familia, a mi padre que trabajó en la imprenta del Centro de Úbeda, a mi fallecido hermano Antonio, al que dio clase… Nos conocíamos y no nos faltó luego, cuando yo me incorporé por el breve espacio de dos cursos al Centro de Úbeda como maestro, intercambio de pareceres y de opiniones.
Precisamente me vienen a mentes unos sucesos muy controvertidos que acaecieron en los iniciales años de la llamada “transición” y que él los sufrió con brutal intensidad, creo que hasta con dolorosa intensidad… Se rompían sus esquemas de toda la vida y de toda su enseñanza y se daba cuenta de que no podía hacer nada por evitarlo. No digo que estuviese equivocado, que en muchos aspectos no lo estaba, sino que le era imposible asimilar lo que sucedía a su alrededor.
Los incidentes, altercados, nuevos modos y grandísimos alborotos que supusieron esos cursos y las intervenciones en ellos de cierto profesorado advenido en esos años les eran totalmente insoportables.
‑Valcárcel, ‑me decía (pues siempre le fui Valcárcel)‑ es que eso no lo puede decir un profesor de Filosofía Pura ‑como si el serlo garantizase la objetividad, la ética o la honradez del tal profesor…
Noté que era muy duro para él lo que sucedía y, peor todavía, el darse cuenta de que su posición ya no tenía apoyos entre los directivos y responsables de la Institución.
Pasaron aquellos años de efervescencia y todo se fue reposando, aunque los tiempos habían cambiado ya irremediablemente. Pero creo que ya no daba lugar a que él lo llegase a apreciar.
Ahora añadimos, con este nuevo suceso, una cuenta más al rosario de nuestros recuerdos, que en recuerdo quedan aquellos años y aquellas clases de “Don Agustín”.
Descanse en paz.

 

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Publicado en: 2006-01-15 (112 Lecturas)

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