Por Fernando Sánchez Resa.
6. CALLE GOYENETA, A ESPALDAS DE BELLAS ARTES Y LA ENCARNACIÓN.
Avanzamos por las callejuelas estrechas e intricadas del centro urbano hasta que llegamos a la calle Goyeneta, que nace en la calle Cuna y que está detrás de la Facultad de Bellas Artes. Nuestro guía afirma que -en su interior- se aparece Ceci –Sesi, en sevillano-, que es Cecilia Pöl de Faber (Fernán Caballero), los días siete de cada mes. Es muy conocida y el decano de Bellas Artes invitó a José Manuel a grabar dentro. Vino con un equipo multidisciplinar y comprobaron que los ascensores subían, se producían psicofonías y que Ceci apareció de dos formas…
No es nada de extrañar, ya que todo este terreno era antiguamente Cuartel General de los Jesuitas y, enfrente, estuvo la Casa Cuna, entre los siglos XVII-XIX. Ambos tenían un cementerio compartido, en donde quedaron enterrados, al alimón, huérfanos y jesuitas.
También nos habla de la curiosa historia del Bar Vianda, que ahora llaman Perro Viejo, donde ocurrían cosas raras: se veía bajar gente extraña, se levantaban los pestillos de algunas ventanas y se volvían a cerrar… Y nos pone, para que las escuchemos, cuatro psicofonías de Javier Sierra.
La primera: A CENAR.
La segunda: MADRES VIENEN EN SILENCIO.
La tercera: MAMÁ, MAMÁ, SOY YO… YO.
Y la cuarta, tomada en Bellas Artes, donde está el panteón de sevillanos ilustres, y se oye una voz: IROS DE AQUÍ.
Después, hacemos ouijas electrónicas, en una acera de la calle, mientras que algún que otro transeúnte o ciclomotor pasa. Nos pone el ayudante del guía todo el aparataje necesario para vivir una experiencia conjunta del grupo. Una señora mayor, componente del grupo, exclama que ésta ha sido una visita light y que a ella le gustan las emociones más fuertes. No obstante, todos estamos expectantes con preguntas que nos hacemos y respuestas que oímos entrecortadamente, mediante el programa Spirit Radio. Contestan del más allá -parecen ser tres o cuatro voces diferentes-, y oímos un «NO» nítido. Comprobamos que no son sencillas de escuchar. Apreciamos que ese día no está inspirada la cosa, como otras noches; lo que nos confirma José Manuel. Y agrega que hay días que esto no funciona todo lo bien que él quisiera.
Prosigue insistiendo la misma señora mayor diciendo, en voz alta, que es incrédula y pide que se le lleve a otro sitio mejor, pues afirma que creerá en todo esto -referido a lo oculto y lo paranormal-, si los del más allá averiguan su nombre o su mal (Parkinson). Pero se ve que los del más allá no cogen el reto y se producen múltiples interferencias que sirven para finiquitar la visita.
Finalmente, José Manuel García Bautista, nos da tres prácticos consejos:
1. No hacer ouija si no sabemos lo que vamos a hacer.
2. Si alguna vez se nos muere un familiar, no invocar a su espíritu: nunca se hace invocación.
3. Si nos encontramos con seres encantados, no les hablemos, teniendo en cuenta, además, que no sean translúcidos ni les falte la mitad del cuerpo. No hablarles, porque se nos pueden pegar para siempre y no dejarnos ni a sol ni a sombra.
Y nos da el número de su móvil (653 775 172), por si nos apetece ir a la ruta extrema encantada anunciada, de dos horas largas de duración, para finales de enero.
La noche se ha hecho más negra y sabia sobre nuestras cabezas; y, en nuestras mentes, vagan nuevos conocimientos, raros presentimientos y razonables dudas sobre este mundo de la parapsicología inmersa en la Sevilla Universal de 1929-1992 y siglos anteriores.
Llevo solamente unos pocos meses viviendo aquí y ya estoy enamorado de esta proverbial ciudad, a pesar de no haber seguido el consejo de José Manuel García Bautista, pues me he mudado a un piso que tiene pinta de ser una antigua iglesia, convento u oratorio y no me he enterado de quién vivió y/o murió allí. Aunque lo que sí he hecho -y seguiré haciéndolo- es no ponerme en contacto con espíritus malignos ni conocer a ninguno de ellos -y menos, que sean incordiantes-; por si acaso…
Sevilla, 12 de enero de 2018.