Por Fernando Sánchez Resa.
Año tras año, el devenir del tiempo -cual clepsidra irremisible- nos va catapultando a un futuro que el presente nos prepara y el pretérito nos avala. Somos seres humanos que según la sociedad en la que nos desenvolvamos, la educación que hayamos recibido, la familia en la que nos hayamos criado…, recorreremos el cotidiano vivir de una manera diferente. ¡Ah! y según época, país, etc., en los que nos haya tocado nacer.