“Los pinares de la sierra”, 87

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

5.- En ayuda de su “Príncipe azul”.

Lo primero que hizo Soriano, al salir al pasillo, fue telefonear a María Luisa.

―Cariño, me han detenido, pero tú no te preocupes; se trata de un error. O sea, que me confunden con uno que compró un coche de segunda mano y pagó con un talón sin fondos. Ven a verme a la comisaría lo antes posible, y tráeme los efectos de aseo y algo de ropa interior. Un par de mudas serán suficientes. ¿Vale? Y quédate tranquila, que esto lo resuelvo yo en un par de días. Te quiero mucho y te echo de menos. Mari, tienes que ser fuerte y comprender mi situación. ¡No tardes!

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