La Vía del Sureste – 34

Por Manuel Almagro Chinchilla.

29 de julio: Hervás-Fuenterroble, 37 km. (2)

A mediodía llegamos a Calzada de Béjar y fuimos al Ayuntamiento, a refugiarnos del tórrido calor, aunque nuestro propósito era quedarnos a dormir. No estaba la alcaldesa, pero su hermana nos dejó la llave. Comimos en casa de Manoli García y Juan Máximo, el único lugar donde se podía hacer; diez personas en la misma mesa: sopa, filetes de ternera y huevos fritos.

La etapa, con 17 kilómetros, se nos había hecho corta. Para ganar tiempo, decidimos finalizarla en Fuenterroble de Salvatierra, unos 20 kilómetros más, por lo que la emprendimos en esa dirección.

 

Pasamos por Valverde de Valdelacasa a las cinco de la tarde, fatídica hora, con un sol inmisericorde que caía a plomo. Nos sentamos exhaustos a la sombra de una vieja pared de piedra que desprendía fuego. Una mujer, con lágrimas en las mejillas, nos socorre con una sandía fresca y una botella de agua. Nos refiere que un hijo suyo hizo el camino y pasó algunos apuros. Creo que no supimos cómo darle las gracias.

 

Valdelacasa fue el siguiente pueblo de paso, en medio del maravilloso paisaje salmantino. Es el típico “campo charro”. Llegamos a Fuenterroble de Salvatierra, el mejor albergue de toda la Vía de Plata, gestionado por don Blas, el cura, que ha involucrado a todo el pueblo y a la Junta de Castilla y León en el fomento de esta ruta jacobea. Nos mostró todas las instalaciones, su obra social y sus loables planes de futuro. Existe una asociación que goza de un enorme dinamismo y realizan rutas arrieras con carros tirados por burros.

 

Solemne su iglesia, recién restaurada, con su original suelo cubierto de lápidas de pizarra; y magnífico el crucifijo del altar mayor, hecho de madera de castaño por un feligrés aficionado. Comimos de su pan, bebimos de su vino y creo que devoramos su exquisita paella. Todo el día 30 lo pasamos en Fuenterroble, gozando de su magnánima acogida.

almagromanuel@gmail.com

Deja una respuesta