Homenaje a Manuel Antonio Herrera Moya

Por Fernando Sánchez Resa.

La vida, con su sorprendente esplendor y sus múltiples vericuetos, proporciona agridulces momentos dignos de ser sellados en la memoria personal y colectiva para que el olvidadizo y frágil ser humano pueda tenerlos en cuenta y se sienta satisfecho de la labor ejercida…

Así ocurrió este sábado. Fue una velada muy especial para el compositor Manuel Antonio Herrera Moya, quien siempre lucirá en el firmamento ubetense, puesto que ha ejercido diferentes roles y ocupaciones dentro del amplio campo musical de nuestra ciudad; como viene reflejado en el librito que nos dieron a la entrada del concierto en el Hospital de Santiago, realizado por el Área de Cultura del Exmo. Ayuntamiento de Úbeda.

Comenzó el acto, desde el escenario, Antonio Fuentes Miranda dirigiéndose al abarrotado auditorio, explicando lo que iba a ocurrir y leyendo unas sentidas palabras de sincero agradecimiento al homenajeado que se encontraba desbordado por la gran emoción que le embargaba. Después se hizo el descubrimiento, por parte de la concejala de cultura y con el beneplácito de la Asociación Cultural “Amigos de la Música”, de una placa‑homenaje al sorprendido Manuel Antonio Herrera Moya en la pared izquierda de la entrada, sobre la de Emilio Sánchez Plaza…

Luego, llegó el esperado concierto monográfico con obras del prolífico compositor Herrera Moya, a cargo de la Orquesta Provincial de Jaén, dirigida por el destacado linarense Antonio Ariza Momblant.

 

Hubo dos partes bien diferenciadas. La primera: Concierto para violonchelo y orquesta, como estreno absoluto, con tres movimientos que me parecieron una encendida oración y homenaje (con gran miscelánea de emociones y sentimientos encontrados) a su añorada nieta Marta que anda en el Cielo, desde temprana edad, ejerciendo de ángel benefactor de su incondicional abuelo, que siempre la tiene presente… La protagonista y triunfadora indiscutible de la noche fue la violonchelista linarense Lidia Teruel Sánchez, que supo aflorar el alma del compositor expresando (cual voz humana) todo el amor y la pena que su autor ha puesto en esta composición musical, en tres movimientos (Allegro ma non troppo, Adagio y Allegro). Finalmente regaló un bis precioso: Nanade Manuel de Falla, que parecía escogida para acunar a su nieta Marta con su suave y tierna melodía… El ramo de flores que le regaló la organización y los encendidos aplausos del vibrante público dieron más brillo a la noche…

En la segunda parte, La Jaenera, pequeña suite para orquesta, explosionó su alma jiennense en completísimos acordes y fraseos que rememoraron esta tierra, tan nuestra… Y seguidamente, otra suite para orquesta, que resultó memorable: Los viajes de Zaneo, con cinco partes dedicadas a diferentes pueblos del mundo (español, Ibérica; hispanoamericano, De los Andes a la Pampa; norteamericano, Noches en Manhattan; ruso, Fiesta rusa; y vietnamita, Por los imperios orientales) haciendo las delicias del incondicional público que tuvo la suerte de ver plasmada la sabiduría compositiva de este titán de la música que ha tenido la suerte de disfrutar Úbeda y otros pueblos de la provincia, donde ha ejercido su magisterio y dirección musical.

A lo largo y ancho de sus creaciones musicales, se transparenta la fuerte y controvertida personalidad del maestro Herrera Moya, donde también creo vislumbrar la frustración de no haber podido culminar sus excepcionales cualidades musicales siendo un primerísimo director de orquesta mundial; y que se ha visto agravada con la prematura muerte de su nieta, en la que tenía fundadas esperanzas de que siguiese la carrera musical… Delata, así mismo, su genio intelectual y humano y sus desplantes de personalidad, amordazada en un anodino puesto de funcionario del ayuntamiento ubetense, malgastando su talento musical en repetitivos trabajos administrativos, mientras la vida se le pasaba entre las manos, pudiendo haber triunfado en el selecto universo musical internacional…

Finalmente, llegaron los regalos tangibles (cuadros, plato de cerámica, placa…) de la Orquesta Provincial, la Agrupación Musical Ubetense, la Asociación “Amigos de la Música” y el Área de Cultura del Exmo. Ayuntamiento de Úbeda que, a su vez, vinieron a materializarse en tiernas palabras de agradecimiento: al ser el ínclito maestro de varias generaciones de músicos que hoy están en primera línea; siendo el primer componente y fundador del la Asociación “Amigos de la Música”, juntamente con otros incondicionales amantes de la música en nuestra ciudad; y ostentando la dirección de la Agrupación Musical Ubetense durante tantos años y la de diferentes orquestas, como la de Córdoba, Filarmónica de Madrid o Sinfónica de Bucarest…

 

Las parcas palabras de agradecimiento del homenajeado se tornaron en emotivas lágrimas y pucheros, recordando principalmente a su amada nieta Marta, que como dijo Pepa Olmedilla, al ser el ángel que tiene Manuel Antonio en el cielo, en esta noche especial, convocó a otros muchos ángeles amigos y, juntamente con los luceros de la noche, dieron luz y esplendor a la labor ejercida por el maestro Manuel Herrera. Una vez que éste se recuperó, dio las gracias a todo el mundo y animó a apoyar a esta joven orquesta de nuestra tierra; y no tuvo recato en pedir, a los que le han proporcionado este homenaje, que le estrenen también las muchas composiciones musicales inéditas que aún guarda; mientras el público reía alegremente su salida, propia de la edad, del momento y del lugar en el que nos encontrábamos todos…

Y el director, Antonio Ariza Momblant, tras haberse dirigido anteriormente al público, reafirmando lo bien que tocaba su joven orquesta, se preguntó lo que serán capaces de interpretar estos músicos cuando lleven veinte años en el oficio. Para finalizar, no encontró mejor regalo que repetir una de las piezas musicales de la suite: Los viajes de Zaneo; pero, esta vez, con algunos de sus intérpretes travestidos con gafas oscuras y sombreros negros: Noches en Manhattan, imprimiéndole cierto aire estadounidense a la sala, pues los instrumentos y el especial protagonismo de alguno de ellos consiguieron el milagro: trasladarnos en un santiamén (y por dos veces, en la misma noche) al mismísimo corazón de Nueva York, gracias al poder evocador que siempre tiene la música; al loable ingenio de su compositor, que ha sabido recrear ese viaje por todo lo largo y ancho de nuestro querido planeta, incluso imprimiéndole proyección intergaláctica para que desde el cielo, donde se encuentra su amada nieta Marta, puedan dar las gracias a esta joven orquesta que ha materializado (tan exquisitamente) este monográfico enmarcado en la interesante y escogida programación del XXVII Festival Internacional de Música y Danza Ciudad de Úbeda.

 

Úbeda, 23 de mayo de 2014.

fsresa@gmail.com

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