Poniente en Lleida

…Era la puerta del cielo:

era bello, deslumbrante,

asombroso, con destellos,

resplandor emocionante.

 

Ante tal belleza dada,

mi alma ya no sabía

si candor era del día,

o del sol era bajada.

A mi alma, embelesaba

con los colores tan bellos:

luz de cobre anaranjada

con destellos de pomelo.

 

…Y yo vi ‑dentro de mí‑,

cuando miras al poniente,

que sientes querer subir,

absorto, al cielo luciente.

 

pedrovico24@hotmail.com

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