Por Dionisio Rodríguez Mejías.
7.- Una mala noticia.
En ese momento, se acercó a nosotros Marc Arumí, le dio a Paco la enhorabuena y le dijo que iba a dejar la copa en el coche, y que nos esperaba en el Seven Crown de la calle París, donde había quedado en encontrarse con los demás.
―También irán las entrevistadoras, Martina, Genny, el señor Bueno y algunos vendedores del equipo. Paquito, no hace falta decir que cuento con vosotros.
El Seven Crown era el pub con la clientela más joven y selecta de Barcelona, el que frecuentaba la gente de la radio, personajes conocidos, las chicas más guapas y los jugadores del Barça y del RCD Español. Era un lugar delicioso en el que te podías jugar la consumición a los dardos, en el que se tomaban sofisticados cócteles y donde se ligaba con cierta facilidad. Cuando llegamos, ya estaban la mayoría de compañeros bebiendo cubalibres y whisky con hielo. Alrededor de Martina Meler, las entrevistadoras, muy alegritas, alternaban y celebraban los éxitos de los vendedores, y junto a la francesa había una gachí que, en opinión de Paco, “quitaba el sentío”. Los dos se acercaron a las chicas; Paco les debió decir alguna ocurrencia de las suyas y, al poco rato, ya estaban riendo y bebiendo como si se conocieran de toda la vida.
Hacia las dos de la mañana se marchó Martina y, en ausencia de su jefa, las chicas liberaron sus temores y se formaron las parejas. Paco con Genny y Arumí con la “gachí que quitaba el sentío” fueron al parking y se fueron a bailar al Frontón Colón. Pero, antes de marcharse, Paco me llamó aparte y me preguntó si ya sabía el resultado del trabajo de Teoría Económica.
―Lo siento, Paco; tengo malas noticias. Nos ha suspendido.
―Javi, no me jodas. No me vengas con bromas a estas horas.
―Que no es broma, tío. El profe descubrió que habíamos copiado y nos ha puesto un cero a los cinco.