Por Mariano Valcárcel González.
Camarada:
Como sé que todavía, y a pesar del tiempo pasado, continúas en tu afiliación política, tan vintage, pues me permito unas reflexiones que quiero compartirte.
Me admira, en principio, que, a pesar de las evidencias, sigas defendiendo ese falangismo descafeinado y totalmente manipulado en que lo convirtió Franco. O no has revisado bien la historia del partido o simplemente nunca fuiste un verdadero falangista. Me explicaré.