Por Fernando Sánchez Resa.
Hay fechas que ubetenses y baezanos, que tanto monta, nunca deberíamos olvidar. Una de ellas es el 15 de julio de 1994, que fue cuando abrió sus puertas, en su primera sede, Artificis, una empresa turística y cultural, nacida para servir a tan inigualables ciudades, como producto de la ambición personal de sus tres fundadores: Andrea Pezzini, Antonio Sánchez Ruiz y Manuela García Tamargo (que pasó, años después, a ser simplemente empleada y colaboradora); pues iniciaron esta peligrosa aventura, siempre con el ánimo de servir a estas ciudades hermanas y catapultarlas -olvidando tantos años en competición absurda y de espaldas a la verdadera realidad que les convenía-, para que se conociesen en todo el orbe español y terráqueo; y así, a la vez, ir calentando motores para que, el 3 de julio de 2003, fuesen declaradas ambas, con toda justicia, Patrimonio de la Humanidad. Así como ir creando puestos de trabajo y viviendo decentemente de su propio curro diario, siendo siempre impulsores y colaboradores de actividades culturales y lúdicas de mayor o menor calado. ¡Así es cómo se engrandece a nuestras ciudades…!
Por eso, es de alabar y ensalzar esta iniciativa empresarial, con competente gente emprendedora que arriesga su tiempo, su talento y su dinero para crear algo tan productivo que sirve prodigiosamente a las mismas ciudades de las que se nutre cual sangre vivificadora.
Y es aún más sorprendente y loable, en estos tiempos convulsos y desagradecidos que corremos, en los que cualquier empresa, como le ocurre a cualquier matrimonio actual, tiene una caducidad casi inmediata asegurada, no llegando ni al año de existencia.
Pues precisamente en este caso, para contradecir la cruda realidad cotidiana del mercado empresarial y laboral de nuestro país, Artificis se ha consolidado, durante este cuarto de siglo transcurrido, como bandera de enganche y “solazamiento” a cualquier intrépido turista y/o empedernido viajero que desee conocer nuestro patrimonio cultural, monumental y artístico, amén de otros mundos más prosaicos que descubrir (su gente, su cocina tradicional, su trepidante e imparable actividad multifacética…), de la mano de estos ejemplares profesionales que dan mucho más de lo que reciben.
Por eso, con motivo de esta efeméride, fui invitado, como siempre, tan amablemente, por uno de sus fundadores, mi amigo Andrea Pezzini, un políglota italiano de anchísima alma ubetense, y que, cual hombre renacentista nacido unos cuantos siglos después de aquella gloriosa época, es componente originario y gerente del servicio turístico y gestión de patrimonio de esta y otras dos empresas más ubetenses: la Sinagoga del Agua y el Museo de San Juan de la Cruz.
No tuve la suerte de asistir a la celebración que hicieron, por ese fenomenal motivo, en la antigua iglesia de San Lorenzo, el pasado 15 de julio, pues me encontraba de viaje fuera de Úbeda; aunque, me figuro, que sería todo una gozada contemplar el anochecer del valle del Guadalquivir y de Sierra Mágina en tan recuperado monumento, recibiendo entusiásticas conversaciones adobadas con raudales de cariño de todos sus asistentes; además de regalarles una jarra conmemorativa de este recuerdo tan imperecedero…
Desde aquí, ruego -a quien corresponda- tener la suerte de poder asistir a las bodas de oro de Artificis, dentro de otros veinticinco años, para vivir de primera mano ese futurible y magno acontecimiento, que tanto Úbeda como Baeza se merecen honradamente, aunque seamos todos un poquito más viejos, pero seguramente mucho más sabios.
Muchas felicidades os doy – lo más efusivamente posible- a todos los componentes de la sólida empresa Artificis, así como a todos los amigos, usuarios y simpatizantes, porque habéis dado un gran paso en la historia de nuestras amadas ciudades renacentistas de Úbeda y Baeza, marcando un glorioso ejemplo a seguir para todo el que quiera servirlas y vivir de ellas, mediante un agradable y ejemplar trabajo, con vocación de servicio permanente.
Nota: Las magníficas fotos son de Alberto Román, Miguel Pezzini y Andrea Pezzini, siendo éste último quien me las ha cedido como muestra de su gran amabilidad y sabiduría…
Sevilla, 7 de agosto de 2019.