Por Fernando Sánchez Resa.
Aunque siempre que se presentaba Bécquer, Julia lo despachaba sin contemplaciones, pues lo que ella quería, en verdad, era una vida más regalada que la que le podía ofrecer este aficionado poeta; por eso, se casó con un ministro de Hacienda, de la época.
También salieron de la parroquia para decirnos que se oía en demasía la representación que estábamos presenciando y que no se podía decir misa, por lo que nos alejamos todos mientras Dani, ya sin micro, iba explicando más detalles interesantes de la agitada vida de nuestro amado poeta de juventud; desvelándonos que no murió de tuberculosis realmente, como todos creíamos o nos han hecho creer, sino de sífilis; pero que sus amigos y demás personas -que tanto lo estimaron- edulcoraron su muerte, pues por entonces aquello estaba muy mal visto. Es como si ahora dices que te has muerto de sida…