Por Fernando Sánchez Resa.
En aquella noche de viernes (del 23 de noviembre de 2018) tenía dos alicientes previstos, que conseguí plenamente: asistir a la ruta teatralizada “Bécquer y el barrio de San Lorenzo” y conocer -un poco mejor- ese barrio en el que todavía me pierdo por sus calles, si no echo mano del GPS.
Llegué con tiempo suficiente, pues estaba citado a las 21 horas, en la plaza de San Lorenzo, mientras dos “lipasanes” (empleados de la empresa sevillana de limpieza) estaban adecentándola, regándola con largueza, mientras algunos transeúntes íbamos huyendo de las salpicaduras del agua de sus mangueras.