Para Sherezade y Juan.
Lo que has de olvidar queda presente siempre
como el rastro de un beso en la camisa blanca
que nunca hemos lavado. Lo que has de olvidar
no tiene nombre, surge, de pronto, sin consuelo:
un carro con mujeres y niños con sombreros
de colores vistosos que regresan del campo
y van al campo abierto de una tarde con nubes.