Para Sherezade y Juan.
Lo que has de olvidar queda presente siempre
como el rastro de un beso en la camisa blanca
que nunca hemos lavado. Lo que has de olvidar
no tiene nombre, surge, de pronto, sin consuelo:
un carro con mujeres y niños con sombreros
de colores vistosos que regresan del campo
y van al campo abierto de una tarde con nubes.
Instantes que no puedes retener, arroyuelos
descalzos, turbios, láminas de pintores románticos
mintiendo las pasiones y las formas del alma.
Lo que has de escribir contra las luces, contra
la tinta del ocaso, sonidos malvas, letras
encontradas en los zocos, nunca lo escribas. Miente
también, o calla. Deja pasar el tiempo raso,
verás como algún día lo que ya has olvidado
y lo que has escrito es la misma y desnuda
historia confundida entre viejos papeles.