«Mi vaquerillo», de José María Gabriel y Galán

Esta poesía me impactó cuando la leí por primera vez, siendo niño. Creí entonces descubrir la bondad humana. Hoy la he encontrado en internet y he visto otras connotaciones que estaban ocultas.
 
Las hago públicas para conocimiento de los defensores de la moral y las buenas costumbres y por si encuentran al “señorico” miserable (que no solo confiesa públicamente sus fechorías sino que está seguro de obrar correctamente y que hace méritos para ir derecho al cielo) y arrojarlo directamente a los cerdos después de empalarlo.
 

He dormido esta noche en el monte
con el niño que cuida mis vacas
De primeras, sin rodeos, a las bravas…
si esto no es pederastia, abuso infantil… más claro…
en el valle tendió para ambos,
el rapaz su raquítica manta
No hay duda… le tenía comido el coco
y además engañó al niño con falsas promesas.
¡y se quiso quitar ‑¡pobrecillo!‑
su blusilla y hacerme almohada!
Desnudito total… por menos
han metido a perpetuidad en la cárcel.
Una noche solemne de junio,
una noche de junio muy clara…
El tío señala el día, la hora,
el tiempo que hacía… sin miedo.
Los valles dormían,
Agravante por nocturnidad y alevosía.
los búhos cantaban,
Esto es puro masoquismo.
¿Tú has oído cómo cantan los búhos?
sonaba un cencerro
Definitivamente el sentido musical lo tenía enfermo.
rumiaban las vacas…,
Pero a esas horas ¿todavía están las vacas rumiando?
y una luna de luz amorosa,
Que te veo venir…
presidiendo la atmósfera diáfana,
Con las vacas cerca,
la atmósfera no puede estar muy diáfana.
inundaba los cielos tranquilos
de dulzuras sedantes y cálidas.
Lo dicho: abuso claro.
¡Qué noches, qué noches!
O sea, que no fue solo esa noche.
¡Qué horas, qué auras!
Y no de pasada… eran horas y horas de abuso.
¡Para hacerse de acero los cuerpos!
¡Será marrano!
¡Para hacerse de oro las almas!
¡En el infierno ardas!
Pero el niño, ¡qué solo vivía!
No, si ya te aprovechas, ya…
¡Me daba una lástima
Sentimental que era el perverso.
recordar que en los campos desiertos
tan solo pasaba
las noches de junio
Y él, tan amable, se iba para darle calorcillo.
rutilantes, medrosas, calladas,
Pero él ofrecía al chaval seguridad plena.
y las húmedas noches de octubre,
O sea, en verano… y también en otoño…
cuando el aire menea las ramas,
Las ramas se movían
porque había mirones invitados
a los que luego cobraba, el maligno.
y las noches del turbio febrero,
En invierno, también.
tan negras, tan bravas,
con lobos y cárabos,
con vientos y aguas!…
Que no lo asustes más, ¡coño!
¡Recordar que dormido pudieran
pisarlo las vacas,
morderle en los labios
horrendas tarántulas,
matarlo los lobos,
comerlo las águilas!…
¡Qué bueno es!
¡Vaquerito mío!
Estaba loco perdío, el obseso.
¡Cuán amargo era el pan que te daba!
Eso es, le daba pan y encima amargo, ¡explotador!
Yo tenía un hijito pequeño
Estos son los peores… Primero pierden a su pequeño
y luego tratan de perder a los hijos de los demás.
‑¡hijo de mi alma,
que jamás te dejé si tu madre
sobre ti no tendía sus alas!‑
Lo dejaba con su madre mientras él se iba al bar;
que lo sé de buena tinta.
y si un hombre duro
le vendiera las cosas tan caras…
Él era, en cambio, un hombre tierno y sensible.
Pero ¡qué van a hablar mis amores,
si el niñito que cuida mis vacas
también tiene padres
con tiernas entrañas?
Y se van a enterar ahora.
Que yo se lo voy a decir, so cabrón.
He pasado con él esta noche,
Y va a ser la última… La siguiente la vas a pasar
agarrado al bigote del cabo de la Guardia Civil.
y en las horas de más honda calma
me habló la conciencia
muy duras palabras…
¿Conciencia? ¿Pero, tienes?
y le dije que sí, que era horrible…,
que llorándolo el alma ya estaba.
Horrible y condenable, so delincuente ruin.
El niño dormía
cara al cielo con plácida calma;
La inocencia marcada de por vida.
la luz de la luna
puro beso de madre le daba,
Ahora le echas la culpa a la luna.
y el beso del padre
se lo puso mi boca en su cara.
Mariconazo… sin acritud, conste.
Y le dije con voz de cariño
cuando vi clarear la mañana:
-¡Despierta, mi mozo,
que ya viene el alba
y hay que hacer una lumbre muy grande
No podía hacerla él, no.
Tenía que despertarlo
para que hiciera la lumbre el niño.
y un almuerzo muy rico!… ¡Levanta!
Pero ¿dónde estaban las asociaciones
defensoras de los derechos del menor
los primero años del siglo XX?
Tú te quedas luego
guardando las vacas,
Eso, tú te quedas con las vacas
y yo me voy a la iglesia
que tengo que dar la limosna a los pobres.
y a la noche te vas y las dejas…
Para después, denunciarlo
por dejadez en el trabajo
y poder despedirlo libremente,
sin derecho a indemnización.
¡San Antonio bendito las guarda…!
Como que no tendrá más cosas que hacer,
san Antonio,
que guardar tus vacas por las noches.
Y a tu madre a la noche le dices
que vaya a mi casa
¡O sea, que también se beneficiaba a la madre?
porque ya eres grande
Ahora quiere aclarar que el supuesto delito
se cometía con consentimiento de ambos,
como dos personas mayores.
y te quiero aumentar la soldada.
Esto se llama explotación de menores,
abuso por trabajo de 24 horas
y sin plus por nocturnidad,
sin seguro ni derecho al paro…
 
Además,
sospecho que eran cuatro los abusadores:
José, María (¿qué pintaría aquí?),
Gabriel y un tal Galán,
en una red bien organizada en un serrallo cibernético…
 Aviso a internautas incautos… La policía internacional está investigando.

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