“Los pinares de la sierra”, 68

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

3.- Los últimos detalles.

En ese momento apareció en el comedor el señor Bueno, con la caja de los relojes en la mano; le entregó uno a María Luisa y, con suma discreción, Soriano le confesó que la señora estaba interesada en adquirir dos parcelas.

―¿Lo hace como inversión o para edificar? ―preguntó el jefe de ventas—.

―Como inversión ―respondió Soriano con gran seguridad—.

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