Por Dionisio Rodríguez Mejías.
4.- Una noche inolvidable.
El piso, tan animado casi siempre, a aquellas horas parecía deshabitado. Gracy cogió un vaso del mueble bar.
―¿Otro whisky?
―No sé, no sé. Te he dicho alguna vez que apenas bebo.
―Vamos, hombre, un día es un día. Le pondré mucho hielo. ¿De acuerdo?
―Como tú quieras, pero a medias. ¿Vale?