Por Dionisio Rodríguez Mejías.
3.- Esperando el momento.
Hasta entonces, no me había planteado pasar con Gracy una noche entera; pero, a partir de entonces, la idea empezó a tomar cuerpo en mi interior y no podía pensar en otra cosa. Estaba decidido, y la ocasión se presentó el viernes siguiente, día catorce de diciembre. La llamé por la mañana y le dije que tenía ganas de verla.