Por Fernando Sánchez Resa.
Llevaba tiempo rumoreándose (desde primeros de diciembre) que pronto íbamos a cambiar el pico y la pala por el fusil y la ametralladora, sin saber a las quintas que afectarían; aunque se esperaba que fuera a las más jóvenes… Por eso nadie se inmutó con la noticia, a pesar de que íbamos a un lugar más peligroso; pero ese cambio gustaba al fin…