Por Fernando Sánchez Resa.
Hicimos a pie los dos kilómetros que distan Begíjar de Lupión, mientras José Daroqui, un teniente de zapadores, iba con el caballo delante. Pero era tan oscura la noche que hasta uno de los que iban primeros cayó en un estanque de agua, al desviarse de la carretera. ¡Menudo y fresco chapuzón…!