“Testigos de la Semana Santa de Úbeda”

Por Fernando Sánchez Resa.

En un gélido sábado, el sociable y polifacético JASA (José Antonio Soria Arias) congregó a su nutrida y fiel parroquia, en el teatro Ideal Cinema de Úbeda (a las 21 h), para presentar (con feliz empeño) su último libro.

Ya en su correo electrónico me anunciaba lo que iba a producirse: que sería breve… Y así fue, pues los parlamentos de los tres intervinientes y las dos proyecciones fotográficas duraron poco más de media hora. Todo un ejemplo que seguir en otros interminables actos culturales que se celebran en nuestra ciudad…

El acto comenzó puntualmente, tras las charlas y las felicitaciones en el hall, cuando todos pasaron al patio de butacas, donde el parco escenario lucía una mesa con tres asientos y una gran pantalla con la foto fija de la portada del libro que iba a presentarse…

Tomaron asiento Ángel Molina Díaz, José Robles Valenzuela y JASA, mientras el público estaba expectante por el gracioso espectáculo que iba a producirse.

Empezó Ángel, el presentador del libro, según se anunciaba en la tarjeta de invitación. Con su cascada voz, por el resfriado que padecía, alabó la asistencia del público a los actos culturales, aunque cada día vaya siendo más minoritaria. (La excepción fue precisamente la de ese día). Fue leyendo encendidas y literarias palabras sobre el libro Testigos de la Semana Santa de Úbeda, que desbrozó someramente, agradeciendo a JASA la oportunidad brindada para elaborar su prólogo y hacer su presentación, sin poder (ni querer) sustraerse a su arrolladora personalidad que en la pasada Semana Santa lo abordó “a bocajarro” en la rampa de la Trinidad, cuando salía “El Borriquillo”, mientras ambos tenían en sus manos sendas cámaras, no demasiado acordes con su profesionalidad y sabiduría fotográficas…

Obvió la presentación del personaje JASA, hartamente conocido por todos, y vino a recordar cómo en este libro se recogen los tiempos heroicos en los que el fotógrafo era un alquimista de líquidos que retrataba la realidad para legarla a las generaciones futuras; en contraste con lo que ocurre en la actualidad, cuando se fotografía todo con la inmediatez del rayo para enviar al momento, y luego borrarlo, como consumición voraz y fugaz de todo lo que acontece… Recordó que todo el mundo hoy en día puede ser fotografo, aunque no artista; e hizo un canto enamorado a Úbeda y a sus fotógrafos, haciendo un llamamiento público para que no se pierda ninguna fotografía del pasado…

Con el fuerte aplauso recibido, a petición del propio JASA, se pasó a la proyección de una escogida tanda de fotografías de los últimos cien años de nuestra Semana Santa, comenzando con el blanco y negro hasta que llegó el color, acompañada de una extraordinaria música que provocó puntadas de nostalgia en muchos de los presentes…

Luego, entró en liza el autor de Testigos de la Semana Santa de Úbeda. JASA, con su prosapia y garbo característicos, fue trenzando una divertida intervención, mientras comenzaba dando las gracias a Ángel y recordando graciosamente las palabras del Tenorio que ambos se cruzaron en sus respectivos correos electrónicos… También mostró agradecimiento al público por su demostrada voluntad y valentía al asistir a este recinto emblemático con la más que fresca “nochecita” que hacía… Recordó que era el día de San Juan Bosco y que se acababa de celebrar la misa solemne de acción de gracias, con motivo de la declaración del templo de Santa María de los Reales Alcázares como Basílica Menor, trayendo a la memoria la presentación de su anterior libro, Testigos de la historia. Retratistas y fotógrafos de Úbeda, llevada a cabo el 13 de noviembre de 2010, siendo la segunda vez que él unicamente ha hecho la presentación de un libro en este recinto teatral…

JASA había comenzado levantando carcajadas, al comentar que ese miura (la presentación de su libro), lo iba a acometer sin cuerva y a palo seco; no como lo hizo en el Pregón de Feria pasado, en el Hospital de Santiago; y que tampoco iba a bailar con el alcalde de la ciudad ni con Pepa Olmedilla… Agradeció a Pepe Robles su presencia, pues sabía que hacía pocos días había estado con el Rey de España y esa misma tarde con el obispo de la diócesis de Jaén, Ramón del Hoyo López, pero que ahora le tocaba a él, disfrutar y agradecer su presencia.

Dio las gracias a todos: “Caballeros Veinticuatro”, carnavaleros, semanasanteros, familiares, amigos y amantes de las rancias tradiciones ubetenses y, especialmente, a su familia nuclear, cuyos tres hijos han puesto, como siempre, su gran grano de arena para que el libro sea obra conjunta de toda su familia. Hizo mención especial a su esposa, «mi mujer» ‑como él la llamó‑ «que hace todo en casa, incluso lo que él no puede hacer mientras escribe estos libros y que, con un solo beso, se siente recompensada…»; por ello, él mismo dio un aplauso a su esposa, que fue acompañado y coreado por todo el público. Comprometiéndose públicamente a no escribir más libros (?), aconsejó que mirasen ‑los que lo posean‑ el libro Testigos de la historia. Retratistas y fotógrafos de Úbeda, por si le faltase el ISBN o tuviese cualquier deterioro, para que lo puedan cambiar por otro… Afirmó creer que Testigos de la Semana Santa de Úbeda viene a completar la trilogía sobre la Semana Santa ubetense que ya Pedro Mariano Herrador Marín comenzara, Juan Ramón Martínez Elvira siguiera y, él mismo, finalizara con esta obra. Expresó una encarecida petición: que cada vez que se publique una foto se le ponga al pie su autor… Contó que el aspecto que tiene el libro no es culpa de la imprenta, ni tiene faltas de ortografía… sino que lo ha hecho él mismo, a propósito, para que tenga visos de añejo…

Y advirtiendo que, a la finalización del acto, firmaría pocos ejemplares con escueta dedicatoria, pues la noche no acompañaba, llegó el segundo pase de fotografías en la gran pantalla, esta vez con remarcado marchamo de su autor, que fue inmortalizando a un escogido ramillete de fotógrafos de las nuevas y actuales generaciones ubetenses, tomándolos en instantáneas (improvisadas o no), cuando se encontraban en su amada tarea, a la vez que se iba escuchando El Rey de la Trinidad, de la banda “María Santísima del Amor”, como merecido homenaje al trabajo que cada Semana Santa realizan…

Tras los aplausos, tomó la palabra el alcalde, recalcando lo bien que sonaba esta banda y expresando sumo agradecimiento a todos esos fotógrafos que contribuyen al engrandecimento de nuestra ciudad de Semana Santa, como el magnífico cartel presentado, hace unos días, en Fitur. Tildando el trabajo de los fotógrafos como impagable, rogó a JASA que siguiese haciendo fotografías para disfrute de todo aquel que quiera visionarlas, aunque no hiciese ya más libros… Con «Buenas noches, felicidades y que sigas haciendo fotografías…», acabó su intervención.

Para cerrar el evento literario, JASA tuvo otro nuevo golpe de humor recordando que sólo le quedaban por escribir un par de libros, con el permiso de su mujer: uno, de Semana Santa y otro, sobre la Historia del carnaval ubetense…

Finalmente, llegaron las estudiadas fotos, en el escenario, de la docta mano de los profesionales acreditados de los medios de comunicación locales y provinciales, mientras JASA iba firmando ejemplares…

El público marchó satisfecho y presuroso, con el libro bajo el brazo o en la bolsa facilitada para llevarlo, relamiéndose del deleite que le provocará la lectura de sus textos y la admiración de sus múltiples fotografías, que seguramente manará dulce y triste melancolía, rememorando aquellos tiempos pasados… Sin olvidar, jamás, que fue el incombustible JASA, amante y artesano de toda la policromía cultural ubetense, quien supo y quiso rescatar, de nuestro colectivo patrimonial e imaginario, otro pedacito de cielo común, con el fin de que no se cumpla la siguiente afirmación en nuestra ciudad: «Un pueblo sin memoria, es un pueblo sin historia…».


Úbeda, 31 de enero de 2015.

 

fsresa@gmail.com

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