Que no dejamos en paz a nadie ni tenemos paciencia con nadie, es cosa ya establecida. Y unas veces es razonable y otras no. Porque de mansos y de acomodaticios ya está lleno el mundo; y de ello sacan mucho provecho los que se consideran espabilados. Nos sirven de muestra las palabras de la señora Cospedal, que considera “tonterías” lo que no sea la crisis (o sea, tonterías la corrupción, ahí es “ná”); y de la crisis es superfluo hablar de sus consecuencias (o sea, el paro, los desahucios, la regresión económica galopante…), que tampoco deben ser temas de relevancia para esta buena señora biempensante, bienhaciente y mejor acomodada. Masa silente. En reposo.