A mis amigos valencianos que son, como su tierra, extraordinarios.
Cuando yo era pequeño, en mi pueblo (Villanueva de la Reina, Jaén) se estrenaban algunas películas de la casa CIFESA antes que en Sevilla, Jaén o Andújar; y muy poca gente conocía la causa de aquel privilegio, que enfurecía a los andujareños al tener que venir al cine de mi pueblo, si querían verlas. De aquellas películas, yo recuerdo muy bien la imagen con la que empezaban (una torre con un sol y unos rayos) y el himno que la acompañaba.
En Villanueva, hay una finca en un meandro del Guadalquivir (El Cortijuelo) que, durante la primera mitad del pasado siglo, fue declarada finca modelo en España y comparada, por sus adelantos en agronomía, a las mejores granjas inglesas. Su dueño era el ingeniero y ministro, don José del Prado y Palacios. Algún tiempo después, fue adquirida por la familia valenciana Casanova Bonora, y aquella finca mejoró aún más: se plantaron naranjos, perales, manzanos; tenía granja de vacas lecheras y cebadero de terneros; sembraban cacahuete para alimentación del ganado; fabricaron silos para forraje; se cultivaba lino, del cual extraían linaza para una fábrica de pinturas; en las márgenes del río, plantaron mimbreras, de las cuales obtenían mimbre para muebles, etc. El Cortijuelo, totalmente mecanizado y bien dirigido, empleaba a cientos de trabajadores de mi pueblo y era uno de los motores de su economía, actividad que era posible por la mentalidad empresarial y calidad humana de la familia Casanova Bonora. Aquellos extraordinarios valencianos también eran dueños de la casa de películas españolas CIFESA, y esa era la razón por la que, en el cine de mi pueblo, se estrenaran películas antes que en Sevilla.
El otro día, un amigo me envió un vídeo sobre el himno de Valencia. Oír esa música es emocionante, pero mucho más para mí, al descubrir que los sones con los cuales comenzaban las películas de CIFESA, que yo veía cuando era niño, correspondían al comienzo del himno de Valencia, un himno que habla de cantos de amor, de paz, de campo… y que comienza: «Per a ofrenar noves glòries a Espanya».
La cultura es la palanca en la que se apoya la humanidad para progresar; y los símbolos, los que miden la marcha de ese progreso. El himno de Valencia, su letra y música, son un símbolo de la sensibilidad, creatividad, voluntad y solidaridad del pueblo valenciano; un pueblo que está empeñado en ser líder en Europa y, sin lugar a dudas, y para bien de todos los españoles, lo será.
Desde los años veinte, en El Cortijuelo, una finca de la familia Casanova Bonora en Villanueva de la Reina, se emplearon las técnicas más avanzadas de agronomía, razón por la cual fue declarada finca modelo en España. La imagen corresponde a un ensilado mecanizado de forraje para alimentación del ganado de la explotación.
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El himno de Valencia es, probablemente, el más bonito de las comunidades españolas. Vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=MfJpukMkeVU