Características depredadoras de la pintada (N. meleagris), 6

02-07-2012.

Manejo de las aves

Cuando las pintadas llegan al campo deben experimentar una adaptación a su nuevo ambiente (temperatura, humedad, luz…) y aprender a localizar su refugio o corral para cuando salgan al campo a depredar libremente el insecto. Para ello, durante una o dos semanas, se mantienen encerradas permanentemente dentro de su refugio, comiendo y bebiendo ad líbitum. Al cabo de ese tiempo, las pintadas “tienen memorizada” la ubicación del corral, siendo capaces de alejarse del mismo hasta 1 km, y volver solas.

 

Fig. 30. Cuando se abren las puertas del corral, al amanecer, las pintadas lo abandonan rápidamente. Salen agrupadas y, bien por sí mismas, o bien orientadas por un cuidador, localizan a los insectos y los capturan con gran eficacia.

El corral se abre al amanecer, permaneciendo abierto hasta el anochecer. Las pintadas salen del corral en grupos de unas cien aves, o más, tan pronto se abren las puertas (fig. 30). Una vez fuera, comienzan a explorar el terreno a fin de localizar áreas con presencia del insecto, operación en la que pueden ser orientadas por el cuidador. Es muy frecuente que las manadas de pintadas, al desplazarse por el campo, se abran formando una gran fila que avanza detectando focos de langosta. Cuando alguna de ellas localiza un grupo del insecto, las aves se reagrupan, capturando con gran eficacia los insectos.

Cuando tienen lleno el buche ‑en lo que suelen emplear unas dos horas‑, regresan al refugio para beber agua y descansar, permaneciendo en el mismo o en sus alrededores hasta la tarde (16-17 h),en que vuelven a salir para capturar langostas, regresando al corral cuando se empieza a poner el sol, momento en el que el cuidador cierra las puertas del refugio para protegerlas de rapaces.

El interés de esta ganadería semisalvaje de pintadas es que engorden con las langostas que capturen, pero la densidad de langostas es muy variable de unos días a otros durante los tres meses en que hay insectos en el campo; y es frecuente que, unos días, las aves tengan muchas presas que cazar, mientras que otros, en cambio, no tengan casi ninguna; por otra parte, las aves tienen una gran capacidad para localizar los focos de insectos, pero esa capacidad no es absoluta, y hay días en que con las exploraciones que realizan no capturan más que insectos poco abundantes, tales como hormigas, algún grillo…

Para mantener vivo su instinto depredador y satisfacer sus necesidades alimenticias, es necesario proporcionarles una ración complementaria de pienso; ración que solo se les da cuando, al anochecer, regresan al corral y el cuidador las encierra. De esta manera, las aves ingieren una cantidad mayor o menor de pienso, según han saciado su hambre con langostas ‑alimento que prefieren a cualquier otro‑. Por la mañana, cuando se abren las puertas del corral y las aves salen de estampida, el cuidador cuelga las tolvas de pienso, con objeto de que ninguna ave disponga de pienso hasta la noche; y las que pudieran quedar rezagadas en el corral, que no dispongan de ningún alimento durante el día, invitándolas de esa manera a que salgan y capturen.

En investigaciones realizadas, para comparar la ingesta de pienso por pintadas que permanecían totalmente confinadas (fig. 31) con la de otras que eran libres y capturaban langostas, se observaba que, mientras que las primeras llegaban a comer más de 150 gr de pienso/ave al día, las segundas apenas si sobrepasaban los 50 gr de pienso/ave; el resultado final del experimento, después de 48 días, era que, las que estuvieron confinadas todo el tiempo y comiendo pienso ad líbitum, pesaban 1 884 gr/ave, mientras que el de las segundas era 1 744 gr/ave; aunque esa diferencia no era significativa, estadísticamente.

Las canales producidas fueron analizadas utilizando un método del Working group of WPSA for sensory analysis of broilers, para valorar canales de aves; y seis catadores profesionales determinaron, mediante cata ciega, el sabor, la jugosidad, la terneza, la grasa y el valor global, determinando que, si bien el valor global de todas las canales era similar, el sabor de la carne de pintadas que habían depredado libremente langosta era superior al de la carne de las aves que se habían alimentado solamente con pienso de engorde y habían permanecido estabuladas durante toda su vida.

Fig. 31. Corrales diseñados para desarrollar alguno de los experimentos de alimentación de las pintadas.

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