Esto era una vez…
Un niño muy guapo, rubio y con los ojos azules, cuya frágil memoria dejaba mucho que desear: raro era el día en el que no se le olvidaba alguna cosa del cole en casa o viceversa. Eso, si no se traía el móvil, las llaves o cualquier otra cosa de su madre…
En clase era bastante travieso pero de amplio y sincero corazón. Se le daban bastante bien las Matemáticas, pero le costaba sudores aprobar Conocimiento del Medio y Lengua; aunque al final, con mucho tesón, consiguió superarlas… No obstante, necesitaba leer mucho en voz alta y, al hacer caso omiso a su madre (en este asunto), no lograba sacar a flote su expediente académico.
Hasta que se hizo algo mayor y comprendió que el único camino para poder encontrar una buena colocación era estudiar y tener cultura, lo que le iba a reportar siempre buenas vibraciones…
Por eso emprendió su seguro camino hacia el futuro aprobando todas las asignaturas de todos los cursos de secundaria; hasta que escogió un módulo profesional que le proporcionó dinero y seguridad para fundar una familia que le colmó su vida…