Por Fernando Sánchez Resa.
Los betuneros o limpiabotas. Otra actividad que hace tiempo desapareció de Úbeda. Me acuerdo verlos deambular por el centro de la ciudad, cuando yo era un niño, con su caja negra, en una mano, y dos almohadillas, en la otra, que servían de apoyo a las rodillas cuando hacían un servicio. Los sitios preferidos eran los Portalillos de la Plaza, en la puerta del Bar Victoria. También ejercían su oficio en el famoso Café Daniel que daba a dos calles (Mesones y Gradas), por eso tenía dos puertas. Los betuneros ofrecían su trabajo, a veces, dentro del local. Los veía de rodillas mientras que el cliente ponía su pie encima de la caja, de la que sobresalía una plantilla que servía de base, y también de agarradero para el limpiabotas. Dentro de la caja tenían cepillos, bayetas y cremas. ¡Había que ver con qué habilidad se cambiaban el cepillo de mano y con qué gracia le pasaban la bayeta al calzado para terminar de lustrarlo!
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