La Vía del Sureste – 05

Por Manuel Almagro Chinchilla.

Algunas sugerencias para el camino

Andar puede ser uno de los deportes que requiera menos esfuerzo. No obstante, y dadas las características de la climatología en el Sur y en ambas Mesetas, hay que tomar algunas e importantes precauciones para este camino en verano. Empezar a andar lo más temprano posible, con intención de finalizar la etapa antes del mediodía y completar por la tarde en caso necesario.

El calor es el peor enemigo y hay que tomar medidas en contra de los rayos del sol. Llevar ropas claras, ligeras y transpirables. Zapatillas usadas, livianas y resistentes. Elegir bien los calcetines, ajustados.

Equipaje muy ligero, con lo estrictamente imprescindible, paraguas‑sombrilla o chubasquero, algo de comida para el camino; las comidas fuertes se harán al final de etapa. Agua suficiente y algún limón. Pequeño botiquín.

Silencio: El camino no es para hablar, sino para escuchar. Para escuchar a tu interior, a toda la creación que nos rodea. Aunque vayas acompañado, escucha el silencio.

Prisas: El mundo no tiene silencio y le sobran prisas. A Santiago se va despacio, sin aprietos, andando… a ritmo humano.

Soledad: Tú solo, en el Universo infinito de tu interior, frente al cielo, frente a la tierra, y luego frente al mar.

Esfuerzo: Andar, andar… El camino, por su naturaleza, no se hace confortablemente. Es bueno perderse en el monte y dormir en el suelo. El espíritu se afina con el esfuerzo, en los alojamientos humildes y en la sobriedad en el comer y en el beber que imponen las circunstancias.

La difusión del proyecto tuvo una excelente respuesta. Fueron muchas las personas que mostraron interés por la exposición de la empresa y acudieron a Tíscar desde varios puntos de la geografía próxima, incluso de Valencia, Madrid y Sevilla. Fue posible formar un grupo de personas con las que se establecieron una serie de convocatorias periódicas de convivencia de varios días en Tíscar, con el fin de intimar en las relaciones personales para habituarse al trato y darle consistencia al grupo. Especialmente interesantes resultaron las marchas de entrenamiento por las distintas zonas del Parque Natural, algo que llamaba enormemente la atención a los convocados, por la belleza y el exotismo de los paisajes.

No queríamos que el tiempo se nos echara encima y nos ganara la batalla. Aún quedaban algunas cuestiones bastante importantes que ultimar antes de la llegada del día fijado para la salida, que ya había sido establecido definitivamente el día 1 de julio de 1999. Consideramos primordial involucrar en el proyecto a la Cofradía de la Virgen de Tíscar, la cual mostró la mejor predisposición desde el primer momento, cediéndonos los alojamientos del Santuario para las reuniones periódicas de convivencia. Así mismo, se hizo cargo del coste económico de 1999, de medallas con el anagrama‑símbolo de la peregrinación, diseñado por nosotros. Pedimos, precisamente, ese número específico de medallas con el fin de remarcar más esa fecha, que ya considerábamos histórica. Imposible olvidar la colaboración del presidente de la Cofradía, Salvador Sánchez García y de la vicepresidenta, Mari Morata Segura, cuyos apoyos fueron decisivos en aquellos dos años de preparación.

Teníamos especial interés también en hacer partícipe del acontecimiento al obispo de la diócesis, don Santiago García Aracil. Al menos, contar con su asistencia para presidir el acto de salida. Primero, mantuvimos una entrevista con su secretario, José María Damas López, y después, con él directamente. No conseguimos obtener una seguridad de su presencia debido al consabido y fatídico “imperativo de agenda”.

almagromanuel@gmail.com

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