Por Mariano Valcárcel González.
Leer autores pasados, además de placentero (y justo para con ellos) a su vez nos proporciona sorpresas. Una es constatar que ya nos escribieron sobre cosas que ahora nos parecen novedosas.
Me ha sucedido, por ejemplo, al leer a Josep Pla en su crónica sobre el advenimiento de la República. Sin olvidarme de su conservadurismo y arrime al ganador, ello no merma un ápice la precisión y clarividencia con las que juzgó los primeros instantes de la tan ansiada República; algunos de rabiosa actualidad.