Por Mariano Valcárcel González.
Volveré, siempre que me dejen, a repetir; que me da más miedo que un miura, un converso de reciente cuña.
Aunque también es verdad que entre los de siempre, los que militan en grupos, sectas, círculos o lo que se quiera, desde que tuvieron uso de razón (es un suponer), los hay cerriles; y cual cerriles, así de peligrosos. Pues que todavía no comprenden ni lo quieren comprender que cada humano (el prójimo) es sujeto único y digno de consideración y de respeto. Y, dentro de ese respeto, se encuentra en lugar destacado el respeto a sus creencias o ideas.