(Francisco de Goya)
Por Juan Antonio Fernández Arévalo.
Por no remontarnos más atrás, que nos llevaría a la digresión, podríamos tomar como punto de partida de la Guerra de la Independencia (1808-14) el tratado de Fontainebleau (octubre de 1807), por el que se autorizaba el paso por el territorio español a las tropas francesas, destinadas formalmente a la ocupación de Portugal y la consiguiente ejecución de un plan de “bloqueo continental” sobre Gran Bretaña, la gran enemiga de Napoleón Bonaparte.