Y en la clara tarde…,
conocí su pena.
Sentada en el balcón,
con la hermana buena,
cose, meditando…
El sol luce y orea.
La fuente con agua,
en su cantinela,
es bálsamo suave
que alivia, serena,
los desamoríos,
la espera y tristeza
por abandonarla,
dulce damisela…
Los rayos de sol
naranja, destellan
en doradas uvas
de la parra queda.
El laurel, limón,
aroma el jardín
y la brisa invade
el balcón gentil
donde sueña ella
en mágicos mundos
de galán azul,
música sinfín…
En la clara tarde
de amor y rubí,
yo sentí la pena
que en silencio vi.