(EL GRECO)
Quizá no sea este cuadro el mejor exponente o la pintura más excelsa y conocida de Domenicos Teotocopoulos, “El Greco” (sobre todo si la comparamos con “El entierro del conde de Orgaz” o el “San Mauricio” o “El expolio”); pero, posiblemente, sí una de las más genuinas, de las más unidas a los sentimientos y emociones pictóricas del artista. No en vano fue, al parecer, el último cuadro (con el pie en el estribo, que diría Cervantes) en el que se emplearon sus pinceles: su legado pictórico e, incluso, filosófico y teológico. Fue terminado poco antes de su muerte (1614), y sus propias dimensiones (320 cm de alto por 180 de ancho) nos sugieren ya la verticalidad de sus figuras y de su composición, que ahora es más acusada.