Inseminación de las hembras
La inseminación de las gallinas se inicia una vez recogido el semen de unos seis gallos aproximadamente.
Según estudios realizados en granjas francesas, tres personas pueden inseminar, por día, de 2500 a 3000 pintadas y realizar las recolecciones de esperma.
La técnica de inseminación es la propuesta por Burrows y Quinn, por vía genital. Para realizarla, solamente se exterioriza de la jaula de la batería la parte posterior de la hembra. Hecho esto, se sujeta a la hembra con la mano izquierda por el dorso, a la vez que se desplaza la cola hacia adelante; a continuación, con la mano derecha y con los dedos índice y pulgar, se tensan los pliegues de la cloaca mientras se comprime hacia adelante el abdomen, hasta que surge el oviducto a través de la cloaca. En ese momento, se deposita la dosis de semen con la punta de la micropipeta (fig. 47).
Fig. 47. Introducción del semen en la hembra mediante una micropipeta. Una vez eversionada la vagina, se depositará el semen a una profundidad comprendida entre uno y tres centímetros.
Los mejores resultados se obtienen realizando las inseminaciones a una profundidad de 1 a 3cm de la entrada de la vagina. Una inseminación, realizada demasiado profundamente en la vagina, aumenta el riesgo sanitario y los traumatismos en el aparato genital de la hembra.
Una inseminación demasiado superficial puede producir la expulsión de los espermatozoides al exterior, debido a las secreciones que salen a través del oviducto, que en ocasiones pueden ser muy abundantes y barrer, literalmente, la dosis de inseminación hacía el exterior.
Una vez realizada la inseminación, se dejará de ejercer presión abdominal y se devolverá la hembra a su jaula.
Los espermatozoides, después de ser introducidos, migrarán hacia el infundíbulo, donde fertilizarán al óvulo. Una pequeña cantidad de espermatozoides será almacenada en la unión útero‑vaginal, en la cual permanecerán durante un tiempo, aún no determinado con exactitud.
Para elegir el momento de la inseminación, hay que tener en cuenta que la tasa de eclosión varía considerablemente, según el plazo que transcurra entre la ovoposición y la inseminación. Esta tasa es óptima para las inseminaciones realizadas al menos tres horas antes o después de la ovoposición.
Las horas de puesta están sincronizadas con el ciclo iluminación/apagado de luz. Según diversos autores, el 50% de las ovoposiciones se efectúan de 7 a 9 horas después del encendido, cuando la iluminación diaria es administrada en un solo periodo de luz de 14 horas. Por ello, es recomendable efectuar las inseminaciones en las 4 horas siguientes al encendido, o en las dos horas precedentes al apagado de la luz. De cualquier forma, es necesario planificar las inseminaciones según el ciclo luz/oscuridad aplicado en la granja.
El instrumental utilizado para realizar las labores de inseminación puede ser muy variado.
Para recoger el eyaculado del ave se puede emplear una placa de Petri, de pequeño diámetro, a fin de poder valorarlo individualmente antes de mezclarlo con el semen del resto de gallos que vayan a ser utilizados en ese lote de inseminación. El semen contenido en la placa se absorbe mediante una pipeta Pasteur de plástico, con depósito. Una vez recolectado el eyaculado de unos 6 gallos, aproximadamente, se deposita el depósito de la pipeta Pasteur en un tubo de ensayo, cortándolo por la mitad para poder acceder con facilidad al eyaculado.
Mediante una micropipeta, se accede al semen del depósito y se toma la cantidad necesaria para, inmediatamente, realizar la inseminación. En el caso de las puntas de plástico de la micropipeta, es interesante recortar la porción terminal distal (1‑2 mm. aproximadamente), para evitar erosionar la mucosa de la vagina de las gallinas durante la inseminación.
Como material de protección de los operarios, es imprescindible utilizar gafas protectoras, guantes de material resistente para el cuidador que capture e inmovilice a las pintadas, guantes de látex para quien manipule el semen, mascarillas protectoras y también ropa y calzado adecuado.
Es necesario observar las normas de higiene y desinfección del material y personales, antes y después de realizar las operaciones de inseminación.