Felicidades, papá…

15-06-2012.
Al igual que tu santo patrón San Fernando conquistó tierras y almas para la cristiandad, tú ‑en tu bello y acogedor piso de la Cava‑ sigues conquistando territorio cronológico y acumulando múltiples experiencias para que cada año que pasa seas más feliz y te sientas más dichoso rodeado de tus seres más queridos, gracias a tu acendrada convicción cristiana de lo bien que está hecho el mundo por su Creador…

Un año más ha llegado esta fecha de tu 89.º (octogésimo noveno) santo y no has querido dejarlo para el próximo redondo año ‑7 de febrero de 2013‑ en que cumplas y veas, con tus propios ojos, las nueve décadas desde que naciste de una humilde familia que fundaron tus queridos padres Fernando y Antonia, que en gloria estén, creando la tuya propia que hoy te rodea y te recuerda cuánto afán y cuánto anhelo has puesto a lo largo de tu vida: desde pequeño trabajando de seise y monaguillo en El Salvador; después tempranamente y durante tantos años en Casa Biedma, para luego jubilarte a tus espléndidos 60 abriles y seguir contribuyendo al negocio familiar que montaste para que tu hijo Antonio tuviese un lugar donde trabajar. Hasta hoy que te encuentras, tan a gusto, en tu soleado piso de la Cava haciendo las mil y una labores domésticas que te encomienda mamá, siempre exigente en que todo salga a pedir de boca, y esos miles de trabajos manuales que salen de tus manos y que va a llegar el momento en que no se va a saber en dónde ponerlos, a pesar de que hayas regalado y exportado rosarios por España y parte del extranjero…
Tu fiel memoria de siempre, ahora flaquea en lo cotidiano y cercano no acordándote, a veces, de lo que cenaste o comiste ayer… Aunque como dice mamá: «De lo que te interesa, sí que te acuerdas…». ¿Por algo será…? No obstante, es un milagro que con tu edad te encuentres tan bien dispuesto, con ganas de leer, escribir, trabajar en las labores domésticas, dejando atrás ese machismo exacerbado, producto de la época en que te tocó vivir, que te incrustaron en tu educación infantil, juvenil y adulta… ¡Cómo nos vamos reciclando…! Eres un vivo ejemplo para estas nuevas generaciones, que ya ven normal el trabajo compartido, sin distinción de sexo, de todas la labores del hogar y crianza de los hijos que en esta trepidante y cambiante sociedad todo componente familiar ha de colaborar en función de su tiempo, su edad, su sabiduría, sus habilidades o buen hacer a las labores domésticas: recados, crianza de los hijos y todo cuanto se necesita en un hogar, donde todos sus componentes se quieran, como vosotros, mamá y tú, os queréis…
Siempre han surgido problemas de todo tipo en todos los hogares del mundo ‑y se van a seguir produciendo, pues es consustancial con el ser humano‑, y en el vuestro no iba a ser una excepción; pero también a la vejez, que es tiempo de aprendizaje humanizado diario y necesario, has captado papá que la convivencia entre personas civilizadas ‑y que se quieren‑ ha de ser un acto personal y social donde no haya vencedores ni vencidos en las disputas diarias, sino dos personas que se ayudan mutuamente con el cariño y el afecto que dan tanto años de convivencia y crianza de hijos, continuada hoy en día con tus amados nietos y biznietos, que alfombran vuestro ajardinado hogar familiar y que, con las visitas y muestras de cariño que os hacemos a los dos ‑abuelos sempiternos‑, os sentís felices para siempre…
Mi deseo, y el de todos los presentes, es que sigas conservándote, papá‑abuelito Fernando, como hasta ahora y que nos des a todos la satisfacción de saber que te sientes querido por todos; pero, aunque tú bien lo sabes, la primera que te quiere y te perdona, al igual que tú a ella, es mamá, a la que de bien jovencita conociste y le echaste el ojo ‑¡qué gran acierto…!‑ sabiendo premonitoriamente que con ella nada te iba a faltar, pues teniendo amor ‑como dice el evangelio‑ todo se tiene; y nada te ha faltado. Más bien hoy, como me repites muchas veces, te sobra todo…, excepto el cariño que toda tu familia te profesamos…
¡Que tengas mucha salud y felicidad, que bien te la mereces en tu onomástica, y que sigas celebrándola por muchos años, que será buena “seña” para todos los aquí congregados! Recibe un beso y un abrazo, muy fuertes, de todos nosotros…

Úbeda, 2 de junio de 2012, con motivo de la celebración del día de San Fernando (30 de mayo) en el restaurante El Marqués, invitados todos por el anfitrión y páter familia FERNANDO SÁNCHEZ CORTÉS.




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