Al igual que se realizaba una traca final (plena de luces, colorido y ruidos coheteros…) en la noche del día grande de la feria de San Miguel (el día de San Francisco), en el mismo solar donde se encuentra ubicado el colegio “La Explanada” de Úbeda (Jaén) ‑también conocido por CEIP “Sebastián de Córdoba”‑, finiquitado el tiempo escolar, se ha querido hacer el correspondiente castillo ferial, transmutándolo en “Fiesta fin de curso”, de honda tradición en este centro educativo desde tiempo ha.
Sin apenas tener en cuenta que nos encontrábamos en el curso en el que se iba a acabar el mundo (según nos anunciaron lo más agoreros…) y que estábamos ‑y aún estamos‑ en plena crisis financiera (con hondos y serios recortes económicos y de valores), echando la casa por la ventana con su afamada fiesta, orquestada por todo el colectivo educativo: equipo directivo, profesorado, AMPA, padres y alumnado…, bajo la magistral batuta, musical y coreográfica, de doña Aurora Jódar Jódar, maestra canenera, afincada en Úbeda, (comprobando, una vez más, lo que Canena ha perdido y Úbeda ha ganado, en el terreno docente y educativo…).
Era viernes, 21 de junio de 2013, y todo se encontraba preparado para la gran fiesta de esa tarde‑noche, como traca final del curso escolar 2012‑13. (Los ensayos de la última semana y el general de esa mañana, así lo corroboraban).
Antes de las ocho de la tarde ya se veían las calles adyacentes (de “La Explanada”) pobladas de niños de infantil y primaria, vestidos a la usanza de lo que pedía esta festividad, acompañados de padres, abuelos, tíos y antiguos alumnos que no querían perderse esta gran fiesta de comienzos del verano; y que todos los años se auto regalan profesorado, familias y alumnado de este afamado colegio ubetense (y que desde que llegó doña Aurora Jódar, se ha seguido haciendo y mejorando esta fiesta lúdica que tiene tantos sanos efectos colaterales: convivencia, armonía, liberar tensiones, olvidar rencillas…).
Habíamos estrenado el primer día de verano. Ya, por la mañana, se habían entregado las ansiadas notas escolares y producido las tiernas despedidas, además del ensayo general consiguiente, tras los correspondientes ensayos diarios que habíamos venimos realizando durante esa semana (que todos hemos soportado y arrostrado pacientemente…). Menos mal que ha sido un tanto atípica para la estación en que nos encontramos: poco calurosa, con algún que otro día de tregua (con algo de frío, incluso, y el sol adormecido tras las nubes).
Con lleno absoluto (con mucha gente aposentada en las sillas del colegio y otra tanta de pie), el patio en pleno (cual si fuera un teatro gratuito, que lo fue), provocó que todos los ojos y cámaras, allí presentes, se dispararan con energía inusitada cuando salieron los cuatro grupos bailones.
Empezaron los simpáticos infantiles de cuatro años, con sus guapas y arregladas señoritas sirviéndoles de fiel espejo para la realización del baile de la Canción de las vocales. Fue tan gracioso y divertido, que levantó muchas adhesiones y aplausos… Siempre, todos lo sabemos: son, los más pequeños, los principales triunfadores de cualquier historia musical teatralizada…
Después, llegó el primer ciclo de primaria, con su colorido ropaje y la inocencia de saber estar representando ‑realmente‑ su obra teatral o cinematográfica preferida: Te voy a esperar, de la banda sonora de Tadeo Jones. Consiguió que todo el público lo aclamara, pues, tras las vueltas y cabriolas efectuadas en el ancho patio, todos quedaron más que satisfechos.
El segundo ciclo, con su verdinegra vestimenta, resultó hartamente gracioso y colorista; pues el baile Ganga Stile y su exhibición en el expectante patio, como colofón final de estos casi diez meses de trabajo, así lo pedían… Como dijo doña Aurora, la presentadora, al principio: «El trabajo del estudiante es de lo más duro que hay, aunque a veces no se valore lo suficiente…».
Y con alegre doblete: Limbo y Qué tiene mi ritmo, nos deleitó el tercer ciclo de primaria, con un ritmo trepidante y veraniego, latino para más señas; y que, juntamente con su original vestimenta, hizo volar la imaginación a todos los asistentes, coincidiendo en afirmar como un afamado poeta: «Se disfruta más caminando hacia la meta (de las vacaciones veraniegas) que llegar a conseguirla…».
Todo finalizó felizmente, como siempre: con invitación y degustación de las esmeradas tapas de los aficionados cocineros‑camareros, hasta que llegaron las horas de la madrugada; y eso que, a las siete de la mañana, el alumnado de sexto debería marchar a su soñado viaje de estudios, a la provincia de Córdoba, para disfrutar de una semana de ensueño, en un campamento…
Y como nuestro centro va a ser (a partir de septiembre) colegio bilingüe: qué mejor ocasión que haber colocado el cartel de despedida, en inglés, bajo el balcón presidencial del colegio, para ir haciendo boca…
¡Felices y largas vacaciones (a todos)!
Úbeda, 6 de julio de 2013.