Estamos en la collación de San Isidoro que hubo en el siglo XVIII, aunque entonces era San Isidro y un barrio rico. Aquí bautizó a dos hijos Murillo y algún compadre. Esta es otra iglesia parroquial perteneciente al Salvador. Afirma que aquí no hubo sinagoga, aunque esté en su fachada una extraña estrella de David que suelen ser de cinco puntas, pero ésta es de seis. Manuel dice que lo investigaría al día siguiente, pues le parece muy extraño y lo más seguro es que sea un añadido. Explica la portada principal con su estrella de David en lo alto de las archivoltas, las albanegas, etc. En el interior, es donde hay restos mudéjares claros. Anima a que los visitemos en cuanto podamos. Y sigue con su encendido discurso de entendido al que, a veces, es difícil seguir con sus palabras específicas de historiador del arte avezado. Nos vuelve a hablar por el camino de Pedro I el Cruel o Justiciero, mientras yo echo fotos, y nos recuerda que llevó alarifes a Granada para la construcción de La Alhambra y que es un personaje importante de Sevilla como promotor y amante del mudéjar. Añade que los alarifes mudéjares tenían sus gremios, aunque había unos 50 o 60 solamente en toda Sevilla capital y se dedicaban magistral y exclusivamente a la construcción.