Por Dionisio Rodríguez Mejías.
7. El número uno de las notarías.
De no haber ido en compañía de Mercader, hubiera costado trabajo reconocerlo. Llevaba un pantalón de color gris marengo, combinado con una americana azul marino, de cachemir; camisa blanca y pajarita con los colores de la bandera inglesa. Gafas antiguas de montura metálica; cabello engominado; un soberbio Rolex en la muñeca y el aplomo propio de un fedatario público.