Por Salvador González González.
Y llegó el día 3 de junio pasado, confieso que me encontraba algo nervioso, afortunadamente el coche para el viaje era el de mi hijo Pablo, que obviamente iba de conductor, pues entre el interrogante de la cita de ese día en Úbeda, en nuestra SAFA, y no ser el coche que yo habitualmente conduzco (que es automático por problemas de menisco), que he de confesar que ya me viene un poco grande, tengo en la mente el propósito de buscarme uno más pequeño, el trayecto se me hubiese hecho interminable y difícil, reconociendo que afortunadamente las carreteras no son las que eran hace 25 años cuando (hoy con autopista de peaje en parte 4,95 €) tuvimos el encuentro de las bodas de platas, mi promoción de Magisterio del 67, entonces yo llevaba a mis dos hijos pequeños, hoy en las bodas de oro, es el pequeño es el que me llevó a mí.
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