¡Dos décadas hermanando sensibilidades!

Por Fernando Sánchez Resa.

Una vez finalizado el XX Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza, intitulado Las Edades de la Música, se me agolpan los buenos momentos vividos en estas pasadas dos semanas (del 26 de noviembre al 10 de diciembre), cual anticipado aguinaldo navideño.

 

 

 

 

 

 

 

El goce de la amistad; el íntimo encuentro con músicas dormidas y rescatadas por sabias manos, maravillosamente interpretadas con instrumentos apropiados y en diferentes enclaves jaeneros del arquitecto Andrés de Vandelvira; las postales de cine de ambas ciudades patrimoniales; su peculiar y dadivosa gastronomía; el encanto de magníficas y trabajadas voces; la creciente y sorprendente investigación musicológica…, me han situado en unas coordenadas espacio‑temporales cercanas al gozo espiritual y anímico más puro; haciéndome realidad la preciosa frase de la medalla del amor: “Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana…”, trasladada al ancho y gratificante mundo de la música antigua.

 

 

 

 

 

 

Y es que el XX Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza lleva haciendo, durante dos décadas, un pacto tácito con un variopinto público, nacional e internacional; mejorando su programación con obras conocidas y, sobre todo, novedosas o de riguroso estreno, de la mano de destacados grupos e intérpretes que dan a conocer el inmenso patrimonio cultural e histórico que nuestra provincia y nación tiene, recordando, también, lo mucho que queda por rescatar; y convirtiendo en exquisito el ansiado puente de la Constitución‑Inmaculada para que el turista o viajero haga su anclaje en estas tierras del Santo Reino; especialmente, en sus sedes más privilegiadas: Úbeda y Baeza, que lucen primorosas en la antesala navideña, ejerciendo de sirenas varadas que saben insuflar su canto músico‑vocal‑monumental, cual dechado de ensueño. Y que se convierten en una auténtica y genuina bombonera musical, al regalar aroma y encanto a cualquier melómano o simple aficionado, para que disfrute a sus anchas de esta fiesta musical de otoño, anticipo del crudo invierno, y encuentre el antídoto perfecto para el aburrimiento y la desesperanza en su cotidiano vivir.

 

 

 

 

 

 

Este especial y consolidado festival es la excusa perfecta para viajar al corazón de la provincia giennense e ir haciendo un agradable y divertido periplo musical en compañía de una multitud de auténticos ciudadanos del “bien vivir”, que ya han superado el Ora et labora benedictino, al poder y querer disfrutar, serenamente, de los lindos placeres de la vida, haciendo cierto el aserto que Miguel de Cervantes escribiese en el capítulo XXVIII, de la primera parte del Quijote: “La música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu…”.

fernandosanchezresa@hotmail.com

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