“Tramontana”

Por Fernando Sánchez Resa.

Eran las 11 h del sábado, 3 de septiembre pasado, cuando los asistentes al taller de cine (de las Terceras Jornadas y Concurso de “Sabina por aquí”) nos disponíamos a visionar la película “Tramontana” (2009), de la mano de Miguel Ángel Fuentes y el cineasta holandés Ramón Gieling, en la antigua sacristía de la iglesia de San Lorenzo; mientras el calor (que no el sol) penetraba subrepticiamente en el oscuro recinto, con sus invisibles tentáculos…

 

Los cinéfilos estábamos ansiosos por disfrutar de este filme, de 98 minutos de duración, con su director y guionista, Ramón Gieling, presente. Él nos explicó muchos detalles interesantes, además de recordarnos que su música fue compuesta por Paul M. van Brugge y que fue ayudado por la interesante fotografía de Goert Giltay. En su reparto contó con buenos intérpretes: Lluís Soler, Yohana Cobo, Frank Feys, Sebastián Haro, Gorka Lasaosa, Carlos Lasarte, Pepa López, Blanca Martínez, Aimon Ninyerola, Boris Ruiz; y con la valiosísima ayuda de la productora Boeddhistische Omroep Stichting / Pieter Van Huystee Film and Television.

Miguel Ángel hizo una pequeña presentación de “Tramontana”, mostrándola como especial reflejo de un hecho ocurrido en Cadaqués, inspirado en el viento que hace allí, que vuelve locas a las personas…

Ramón aseguró que la realidad es más surrealista que la ficción; y por eso cuenta, en este filme, la historia del enamoramiento de un hombre mayor con una muchacha de 16-18 años: un amor escandaloso que ocasionó, finalmente, el suicidio de él; achacándoselo al persistente viento del lugar…

Este sorprendente drama está ambientado en ese pueblo de la comarca del Alto Ampurdán, en la provincia de Gerona, en los estertores de la dictadura franquista, girando en torno a la posible relación que pudieron mantener Rosa Campos de Amor y Pepet Tremolls, antes de que uno de ellos falleciese ahorcado…

Tras su visionado, empezó el interesante cinefórum, teniendo como principales protagonistas a Ramón y Miguel Ángel, mediante un vivo e interesante diálogo.

Comenzó Ramón afirmando que «la verdad no existe»; y, que además, es tridimensional, puesto que puede verse desde distintas maneras; ya que el cine no es la verdad absoluta sino algo (ya) hecho por alguien. Prosiguió asegurando que toda película tiene algo de surrealista, porque extrae la realidad en forma de poema…; por lo que cree que cada espectador puede ver “su verdad”; de ahí, que no le gustase la definición de “realismo mágico”, que le había apuntado anteriormente Miguel Ángel, sino que es «Un juego de gente que miente…». Remató su primera intervención observando que en esta cinta se canta la fuerza del pueblo de Cadaqués.

Miguel Ángel apostilló: «Aunque Ramón no sea español, sino holandés, su versión de este pueblo catalán, en el año 1974, refleja perfectamente la España profunda de los últimos coletazos del franquismo; y que el pueblo y la tramontana son otros dos personajes más de la peli».

Gieling aclaró que creía más en la realidad filmada, pues es donde el tiempo más se acerca a lo que en realidad ocurrió. Y, añadió: «Siempre que el cineasta inventa cosas, tarde o temprano, se repiten, o llegan a ocurrir»; y que la producción cinematográfica es, en definitiva, un nudo de realidades que ponen en juego el cineasta y los personajes intervinientes, con su inteligencia y acción. Acabó sincerándose al declarar que él llegó a sentir la tramontana…; y que la película la hicieron en 17 días y con poco dinero: 600 000 euros.

Finalmente, se reafirmó como un luchador que no dejó entrar la locura en su mente ni en su trabajo, enterándonos de que “Tramontana” empezó su singladura en el Festival de Cine de Holanda; que fueron 4 000 personas las que la visionaron; y que tomó la idea de los agujeros en el ataúd de Dalí y su esposa Gala…

Tras esta enjundiosa charla, marché presuroso para visitar la exposición de los 66 dibujos que componían la obra “Garagatos”, que podía visitarse hasta el día 18, gracias a la colaboración de la Editorial Ártika, pues se exponía la obra completa, junto con material inédito cedido por Joaquín Sabina, en el antiguo Hospital Honrados Viejos del Salvador; que se había inaugurado la tarde anterior, con todo boato y asistencia de autoridades municipales, incluyendo copa y condumio.

¡Fue una manera redonda de terminar la mañana…!

fernandosanchezresa@hotmail.com

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