La Vía del Sureste – 42

Por Manuel Almagro Chinchilla.

Día 8 de agosto

Astorga – Rabanal del Camino

Al salir de Astorga, cruzamos el centro monumental de la ciudad, interesantes su catedral y el palacio arzobispal, este último obra de Gaudí. Parte de la fachada de la catedral estaba tapada con plásticos debido a unas obras; la miramos con simpatía y confabulación (nosotros también nos habíamos tapado con plásticos). Es justo destacar la buena organización desplegada por la Junta de Castilla y León en este Año Santo.

Metidos en el camino, se van sucediendo pequeñas aldeas maragatas, que en esta etapa finalizaría en Rabanal del Camino, tales como Valdeviejas, Murias de Rechivaldo, Castrillo de los Polvazares… Especial atención nos mereció el pueblo de Santa Catalina de Somoza, que estaba en fiestas; un hecho que no fue obstáculo alguno, sino lo contrario, para que nuestro cura se sumase a concelebrar la misa que iba a comenzar en la iglesia de la Virgen de las Candelas, todo ello precedido de una procesión con banda de chiflas maragatas, tamboriles y castañuelas, en la que participa todo el pueblo. Es una tradición a la que acuden oriundos que emigraron en su día, como es el caso del hijo del tío Aquilino, cuyo padre tiene un busto en el pueblo; es ahora un argentino de adopción que lleva viniendo veintidós años a las fiestas. No nos da más datos para su identificación, con lo dicho ‑dice‑ es conocido por todo el mundo.

 

Por otra parte, hay quien nunca abandonó el pueblo, como Silverio Carballo, un fornido mozo que fue, y ahora participa en las fiestas como observador. En este punto, se nos unen en el camino dos chicas sevillanas, Yolanda Martín Labrador y Leticia Rodríguez Brey; encuentran en nuestro grupo un apoyo que necesitaban, aunque el apego era más bien esporádico.

 

Llegamos a Rabanal del Camino, al albergue, donde se pone de manifiesto nuevamente el intenso movimiento de peregrinos.

 

almagromanuel@gmail.com

Deja una respuesta