La Vía del Sureste – 07

Por Manuel Almagro Chinchilla.

En conmemoración de esta efeméride, la Cofradía acuñó una edición numerada de medallas en forma de concha de vieira, según modelo diseñado por los peregrinos. En una de sus caras, la convexa, figuraba un relieve de la imagen de la Virgen de Tíscar, y en la cara cóncava se podía leer la inscripción: “Primera Peregrinación de Tíscar a Santiago de Compostela, 1999”. Este distintivo le fue impuesto a cada uno de los peregrinos a lo largo de la ceremonia religiosa y que después colgaron en la parte posterior de sus mochilas. El vaivén de la insignia, meciéndose al compás de los pasos, marcaría el ritmo de la peregrinación hasta Santiago de Compostela. Cargamos con un número de medallas suficiente como para ir entregando una en cada uno de los lugares donde pernoctamos o nos prestaron ayuda.

La salida del templo, al finalizar el oficio religioso, concentró en la plaza de Tíscar a la totalidad de los asistentes al acto. Nervios, alboroto, júbilo y una gran impaciencia por iniciar la marcha fue el origen de que la salida fuera un tanto anárquica, dando origen a la disgregación del conjunto en varios grupos, que repasaban afanosamente los pertrechos que contenían las mochilas, al tiempo que colgaba cada cual su medalla, recién entregada, en un lugar bien visible de su macuto.

El escarpado paraje serrano y la sobria fachada de piedra del monumento, con su esbelta espadaña, que lanzaba vigorosa sus campanas al vuelo, formaron ese escenario imborrable en la memoria de cuantos vivieron tan singular jornada. No faltaron lágrimas de emoción en la despedida que brotaban espontáneas con los últimos abrazos del adiós. La televisión regional andaluza no quiso faltar a la cita para informar del acontecimiento, una labor desempeñada por el redactor Felipe Pedregosa y un cámara. El informativo de aquel día abrió con el siguiente titular:

“Un grupo de locos salió hoy desde el Santuario de la Virgen de Tíscar, en Quesada (Jaén) con la promesa de ir a pie a Santiago de Compostela. Mil doscientos kilómetros de fe”.

almagromanuel@gmail.com

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